27 de noviembre de 2011

Iba y venía

Esa mañana él era el primer pensamiento, su primer suspiro...
Ya varias mañanas habían comenzado así: con él en su cabeza. ¿En qué momento se había vuelto él el protagonista? ¿Cuándo empezó a ser la primera cosa que la sinapsis de sus neuronas trajera a su mente sin siquiera estar ahí?
Con él dando vueltas en su cráneo se levantó, fue al baño, lavó sus dientes...hizo lo mismo que cada mañana. Tomó el bolso y fue a trabajar.
Él seguía ahí.
Empezó a organizar la oficina, puso la pava en la hornalla y siguió con otras cosas, mientras él iba y venía. Cuando volvió a ver si ya estaba lista el agua se encontró con lo obvio: no había prendido el fuego. De golpe recordó esa frase: "una chica enamorada arrebata lo que pone al fuego, una chica tristemente enamorada se olvida de prender el fuego".
Siguió con lo suyo...
Siguió con sus obligaciones.
Él iba y venía.
Al terminar la jornada ella volvió a casa. Abrió la puerta y él no estaba ahí.
Cuando llegó la hora se fue a dormir, esperando que al otro día él la despertara como cada mañana desde quién sabe cuándo.

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