19 de julio de 2012

Historias II

Vamos, adornemos la verdad. Decoremos una historia aburrida para hacerla interesante o al menos llevadera, viste.


Ustedes lo pidieron, yo se los cuento, y es que me debo a mi público sí, ustedes: los 5 gatos locos que me leen.


¿Por qué mis orejas tienen 4 perforaciones?
sacando las dos que me hicieron cuando nací 


La historia de mis aritos...es tan aburrida que hasta me da vergüenza contarla, y si lo hago es para que quede en claro mi punto: todo tiene una historia detrás, y hasta lo más pavo tiene una razón de ser.
Tenemos el arito número 1. Corría el año 2005 pareciera que mi vida empezó a los 15 años , la gorda (mi hermana menor) se quería hacer un piercing. La jodió a mamá bocha de tiempo para que le diera el permiso (tenía 14 años ella) hasta que lo consiguió. Entre eso habíamos hecho un pacto. Esos pactos hermanoadolescentes. "Las dos nos hacemos la perforación en el mismo lugar". La onda es que ella se hizo el aro y yo...bueno, no. 
En enero de 2007 me digné a cumplir con el pacto (no sin reglamos eventuales de la gorda respecto a mi falta de palabra). Compré o tomé prestado, no sé un abridor y mi hermana me hizo la colocación bijouteril. Al otro día o algo así partimos a nuestras vacaciones en La Lucila del Mar. A los tres días el piercing estaba infectado.
Hola mar. Hola crema cicatrizante. Chau aro. Chau pacto.
Pasaron casi dos años, y a finales de 2008 pude al fin cumplir con la promesa. Abridor en mano. Gorda. Pasaron dos capaz. Falta una capa de cartílago. No te quiero hacer mal. Bueno, lo hago yo. Fuerza, tripa corazón, Lucre. Empujo. Tic. Pasó. Piercing colocado.


Los siguientes vienen en pareja. Los dos que están encima de los que le hacen a toda niña recién nacida. Esas perforaciones son de principios de 2009, en el verano que separó el final de mis estudios secundarios de mi ingreso a la facultad. Ese verano me dediqué a ver pelis viejas, y entre eso (luego de conocer y enamorarme de The Breakfast Club) vi Pretty in Pink (de John Hughes ♥). En esta peli Molly Ringwald usa un par de aros en cada oreja y yo pensé "¡queda genial! quiero eso", ni que fuera una adolescente de los 80 cuyos modelos a seguir eran los personajes de las películas de John Hughes. Así que le conté a la gorda, le dije quiero, me dijo bueno, me puso los aritos y yo chocha. Bien boluda, pero bueno...era una niña de 19 (?)


El último aro, ubicado en el "trago" altos nombres tiene la anatomía de la oreja es otra cosa hermanística muy sofisticada. Básicamente, estábamos en Mar de Ajó, la gorda quería el dichoso piercing en el ombligo, Meli no se decidía si ponerse uno en idem lugar o en el naso y yo no tenía francas intenciones de hacerme ninguna otra perforación hasta ese momento. Pero dijeron dale, cosas de hermanas, lo hacemos las tres, es como el anterior y shalalá y bueno...Me puse a pensar. En la cara son un horror. Con mi panza en el ombligo no. Mi nariz es enorme, no da sí, es parte de la cara. Y así...el único lugar en el que van los aros en mi mundo de crayones y cupcakes es en la oreja, así que decidí que la mejor opción para mí era el "trago" yo en realidad le dije: lo quiero "acá" agarrándome esa parte de la oreja, porque antes de googlearlo no tenía ni idea de cómo se llamaba eso.
Y así, la última noche de las vacaciones, le rompimos el corazón a papá por tres haciéndonos piercings macabros de gente drogadicta y decí que no vio al re tatutado que me lo hizo.
A la vuelta me compré un libro de astrología re sarpado que estaba en oferta en un puesto de revistas :P


Y bueno, esas son las historias de mis aritos.


¡Hasta lueguito!







1 comentario:

(x) dijo...

Genial!!!!

Faltan 2, las espero.