
Después de mucho tiempo (desde noviembre, específicamente hablando), escribo en mi amado pero a la vez abandonado blog.
Es triste, y un poco patético, admitir que lo reemplazo Facebook; y no porque use esa red social de la misma forma catártica que usaba esta página, sino porque es mi mayor motor de pérdida del tiempo.
En estos momentos estoy en el trabajo (porque, por si no lo sabías, trabajo desde febrero), y debería aprovechar este tiempo libre para leer a Karlitos Marx en lugar de escribir cosas sin sentido, pero ya sabés cómo soy: dispersa, y un poco hija del rigor.
Estoy con una cosa en la cabeza que no me puedo sacar...quién es la persona que me extraña? hay alguien que me gustaría que fuera, pero no creo...en todo caso capaz es mejor extrañar o desear ser extrañado que esperar ilusamente que las cosas sean mutuas, que el "dar" sea equitativo...
Eso no tiene mucho sentido, no? pero como siempre, el "sinsentido" es lo más significativo para mi.
Se que esto es otro post un tanto mediocre, pero estoy en un punto en que no me importa mucho, porque es lo que me pasa en el momento...
Asumo que los últimos escritos fueron un tanto deprimentes, pero eso se acopla con el contexto socio-emocional que me acompañaba en ese momento. Ahora puedo decir que estoy mejor, que sigo extrañando, que sigo esperando el cambio, pero de una forma más feliz.
No prometo escribir más seguido, ni mejor; solo prometo tratar de sobrellevar mejor los adoquines de la vida, tratar de no ser tan "emo", como me dice cierta persona...
Me voy a leer Marx a ver qué onda...
PD: no te parece que el reloj es una imagen inmensamente poderosa?...esa pregunta me hizo acordar al cocodrilo que perseguía al capitán Garfio, ese que "anunciaba" su llegada con el tic-tac del reloj que se había comido en una persecución anterior..."el tiempo nos persigue para comernos". No se si es tan así, aunque...capaz que sí...
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